Un niño que lee entre 15 y 20 minutos diarios, en un año habrá recurrido por un universo de más de 1 millón de palabras.
Tal hábito lo fortalecerá en su proceso de formación y comprensión en múltiples campos, mas allá del propio de la lectura. Así lo sostiene la profesora de Educación y Ciencias Humanas de la Universidad de Tennessee, Amy Brommel.
Ella carga con un buen arsenal de consejos para padres, estudiantes y profesores. Para estos últimos, por ejemplo, sugiere evitar calificar con cero o colocar una carga de tareas que van más allá de las posibilidades del estudiante.
Los papás deben sintonizarse con las rutinas que más se adaptan a cada niño; no todos responden de la misma manera. Y también deben tener claro que no son “hacedores” de tareas, sino asesores.
Para los estudiantes, una agenda precisa de actividades cae muy bien; centrarse en cada tarea y siempre estar dispuesto a pedir ayuda a un amigo o al propio profesor, son buenas costumbres .
Tu Opinión es importante