A pesar de que las primeras evidencias sobre riesgos para la salud humana, surgieron por allá en el 2003, cuando estudios científicos advirtieron sobre sus posibles efectos neurológicos en los bebés, la Agencia Ambiental de Estados Unidos, ha tomado por fin, la decisión de prohibir su uso en la agricultura del pesticida comercializado bajo el de clorpirifos.
El plaguicida ya había sido prohibido para uso en los hogares, desde 1.996, pero se mantuvo autorizado para su aplicación agrícola. La administración Obama dio los primeros pasos para sacarlo del mercado, pero la Administración Trump, los reversó, explica al respecto la profesora de Medicina de la Universidad de California, en San Francisco, Gina Solomon.
Se estima que en Estados Unidos se aplican 5 millones de libras anualmente, de ese producto, en una amplia variedad de cultivos, desde vegetales hasta frutales, en los campos de algodón, soya y maíz.
El insecto que lo percibe, convulsiona y muere, indica Solomon, quien lleva largo tiempo investigando los efectos del producto. En el 2016 la Universidad de Columbia, comprobó nuevamente la presencia del plaguicida en el cordón umbilical de los recien nacidos, y sus posteriores consecuencias neurológicas, pero la empresa fabricante Dow Chemical, convenció a la EPA para mantenerlo en el mercado, explica.
Ante las evidencias peligrosas el Estado de California, lo prohibió definitivamente a partir del año pasado. Le siguieron los estados de Oregon, Hawaii, Nueva York y Maryland, al igual que la Unión Europea.
Después de 14 años, de estar prolongando la resolución del asunto y ante la determinación de un Juez de exigir una medida definitiva, la EPA ha anunciado la semana pasada, la prohibición total de su utilización.
“La EPA está dando un paso atrasado para proteger la salud pública. Poner fin al uso de clorpirifos en los alimentos ayudará a garantizar que los niños, los trabajadores agrícolas y todas las personas estén protegidos de las consecuencias potencialmente peligrosas de este pesticida ”, dijo el administrador Michael S. Regan . “Después de las demoras y denegaciones de la administración anterior, la EPA seguirá la ciencia y dará prioridad a la salud y la seguridad”.
Fuentes : Universidad de California, San Francisco / Agencia EPA
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