Los beneficios de los inmigrantes a la economía de los Estados Unidos, son -de lejos- superiores a los costos que generan a las finanzas públicas.
Así lo sostiene la economista directora del Proyecto Hamilton, en el seno del Instituto Brookings, en Washington. Ella, con títulos de la Universidad de Chicago y de Columbia, ha ocupado altos cargos en la Junta de Reserva Federal de Chicago, el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, y como economista jefe de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Ha liderado la creación del Indice de Impacto de los Inmigrantes, que arroja datos a nivel local, estatal y federal. Algunos de sus grandes hallazgos, son los siguientes:
– – La participación de la población nacida en el extranjero oscila alrededor del 15% de la población total, históricamente.
— El nivel de educación de la población inmigrante, es bastante más alto que el promedio de la población general.
— Un tercio de los inmigrantes llega con un título profesional, lo que complementa las habilidades de los profesionales locales, antes que ser una competencia.
— La población inmigrante restante carece de un título profesional, y es competencia de la fuerza laboral promedio, que apenas ha obtenido un grado de secundaria.
— El inmigrante profesional, paga más impuestos a nivel federal, que los costos que genera en términos fiscales.
— El inmigrante no profesional, genera costos para los presupuestos locales y estatales, ocasionados principalmente por la educación y salud de sus hijos, que reciben prácticamente gratuitos. La población adulta en dicha condición se estima en no más de 2 y medio millones de personas, repartidas en los estados de Florida, Texas, California, Nevada, New Jersey y Massachusetts, principalmente.
— Dicho costo, se estima anualmente en US$2.000, que se compensa en buena parte con los mayores impuestos que pagan los inmigrantes profesionales, a nivel federal. Tal costo a nivel local, fácilmente se compensaría con una reasignación de recursos provenientes de los más altos ingresos que recibe el gobierno federal.
— Después de cinco años, el inmigrante no profesional, prácticamente deja de ser una carga para el Estado.
— La población inmigrante contribuye significativamente a elevar la productividad general de la economía.
— La población inmigrante profesional, registra el doble de las patentes que la población general.
— En la próxima década, la población inmigrante representará tres cuartas partes del incremento de la población general.
Con base en los elementos anteriores, Edelberg sostiene que antes de ser un costo, la población inmigrante constituye un enorme beneficio para este país, y afirma que la “inmigración es uno de nuestros superpoderes”.
Fuente: Instituto Brookings, Washington
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