Después de analizar un total de 1.800 químicos, frecuentemente utilizados en productos de limpieza en el hogar, y cuidado personal, o que están presentes en muebles y utensilios de cocina, investigadores de la Universidad Case Western Reserve, en Ohio, han concluido que un amplio número de ellos, afectan importantes células del cerebro.
Entre los mismos, se cuentan los desinfectantes que contienen compuestos de amonio cuaternario, y los organofosforados, (PFAS), utilizados como retardantes de llama en muebles y tapetes, entre otros.
La exposición permanente a tales químicos, afecta directamente las células conocidas como oligodendrocitos, convirtiéndose en un factor de riesgo de enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple y los trastornos del espectro autista. La investigación fue dirigida por el profesor de Medicina, Paul tesar y la estudiante de doctorado Erin Cohn, en dicha institución.
Fuente: Universidad Case Western Reserve
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