Un grupo de investigación en la Universidad de Cornell, ha encontrado que los orines son un abono ideal para mantener las plantas saludables.
El orín devuelve a la naturaleza los nutrientes que ha consumido el ser humano, constituyendo un fertilizante abundante, permanente y barato, según lo señala la profesora de Ciencias Vegetales, Rebecca Nelson, en la Universidad de Cornell.
Sus alumnas, Veda Balte y Nadiia Barakatain, han diseñado para el efecto, – con la colaboración de un grupo multidisciplinario-, un sensor (Raspberry Pi Pico) que mide la cantidad requerida – de orín-abono- por la tierra colocada en una matera, y su correspondiente aplicación (Peecycling) para controlar en el celular los niveles de nutrientes deseables.
Fuente: Universidad de Cornell
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