En el proceso de la enseñanza de los verbos, a los niños de preescolar les cae muy bien una siesta. Así lo revela una investigacion adelantada por estudiantes del Departamento de Sicología de la Universidad de Arizona.
En las pruebas hechas con niños de 3 años, se encontró en efecto que aquellos a quienes se les dio la clase de verbos y luego tuvieron una siesta de 30 minutos, tenían una mejor comprensión de los mismos un día después.
Las pruebas respectivas se hicieron con un par de verbos difíciles, que son más complicados de asimilar que los sustantivos mas comunes como papá, perro, etc.
De acuerdo con la profesora Rebecca Gómez, co-autora de la investigación, hay gran cantidad de evidencia de que las diferentes fases de sueño contribuyen a la consolidación de la memoria. La siesta se caracteriza, explicó, por ser un sueño de ondas lentas y de ahí la importancia de ese tipo de investigacion.
De todas forma, señaló, los menores requieren por lo menos 10 horas de sueño, inclúyase o no la siesta. De lo contrario, agrega, es muy probable que tengas consecuencias en el largo plazo.
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