Los experimentos, que comprueban que los niños se interesan más por la lectura, cuando se acompañan de sus muñecos de peluche, fueron realizados por investigadores de la Universidad de Okayama, en Japón.
Cuando los padres le leen a los niños, es una forma pasiva para estimularlos;pero cuando los niños le leen a sus peluches, los ayuda a convertirse en electores más activos, dice el Dr. Yoshihiro Okazaki, quien dirigió la investigación.
Para el efecto, primero observaron su actividad normal en el salón de preescolar y su actitud frente a los libros ilustrados. Luego organizaron una fiesta de pijamas, donde los niños llevaron sus libros y sus peluches. Posteriormente midieron su interés por la lectura. Un mes después con solo mostrarles una foto de la fiesta los infantes se entusiasmaban para leerle de nuevo a sus mascotas de trapo, en una edad donde la fantasía se mezcla con la realidad.
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