El telescopio Webb, ha llegado a la estación de la Nasa en Houston, para experimentar las pruebas de resistencia a las más bajas y extremas temperaturas, de menos 393 grados Fahrenheit, o 37 grados Kelvin.
Es el más poderoso,jamás construido, capaz de medir la composición química de las atmósferas de otros planetas, descomponiendo los rayos de luz. Podrá recolectar información que le permitirá a los científicos averiguar como nacen las estrellas, como se forman las galaxias, y si efectivamente es posible encontrar vida en otros planetas similares a la tierra, más allá del sistema solar que conocemos, y tan lejanos como su ubicación a 40 años luz.
Después de las pruebas criogénicas, que le permitirá seguir operando en medio de las más frías temperaturas del universo, la gigantesca máquina regresará a su base en California, donde se prepara el lanzamiento para el 2018.
Esta programado para realizar más de 2.000 observaciones diferentes, de acuerdo con los más variados intereses de los distintos grupos científicos. Webb, será el sucesor del telescopio espacial Hubble y es producto de un proyecto conjunto de la Nasa, la Asociación Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense.
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