Un buen número de satélites que se lanzan al espacio, y sobre los cuales se perdió su rastro porque cumplieron su vida útil o simplemente desaparecieron del mapa, constituyen un verdadero problema para el futuro tránsito de nuevos artefactos.
Ante este fenómeno creciente, científicos del Instituto Fraunhofer, de Alemania, han diseñado un novedoso sistema que permite no solo identificar el paradero del satélite, sino, moverlo a una órbita distinta, donde cause menos problemas, o empujarlo hasta la atmósfera para quemarlo de manera controlada.
La efectividad del modelo fue probada con la detección que lograron realizar del satélite meteorológico Envisat, lanzado en Europa en el 2002, y cuyo rastro se perdió en el 2012. Un equipo integrado, entre otros, por los ingenieros Delphine Cerutti-Maori y Ludger Leushacke, lograron ubicarlo el año pasado a una altura de 800 kilómetros.
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