Después de analizar muestras de arena y polvo en la costa occidental de África, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts han estimado que a medida que regresan los vientos monzones, cada 20 mil años, el desierto del Sahara deja su aridez y vuelve a ser verde.
Y dicho regreso de los monzones, puede estar íntimamente relacionado con los cambios en el eje del planeta, en relación con el sol, fenómeno que se repite en dichos periodos de tiempo.
Cuando la tierra se inclina más hacia el sol, el Norte de África recibe la máxima luz solar, lo que impulsa la actividad monzónica y la humedad, según las conclusiones del profesor de Ciencias Atmosféricas, David McGee.
Fuente: MIT
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