Un grupo de diez estudiantes de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia, probó a “cielo abierto” su potencial de liderazgo, en una expedición de dos semanas por la Patagonia chilena.
En ocasiones se dividieron en dos grupos y se rotaron como jefes de equipos. Sin duda, una tarea de aprendizaje, ardua, con muchas ampollas, y sin la comodidad de las oficinas ejecutivas.
Algunas de las lecciones recogidas: Nadie sigue a un líder que se la pasa disculpándose, por lo que hizo o dejó de hacer; en la cotidianidad hay muchas cosas que se escapan a su control, y es necesario actuar con poca información.
Un buen resumen de su experiencia, lo hace la estudiante de último año, Elizabeth Weiland.
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