En su tesis de maestría, el investigador de la Escuela de Leyes de la Universidad de Queensland, Sthepen de Weber, ha recopilado documentos que revelan la amplia práctica de relaciones sexuales por parte de los sacerdotes católicos.
En buena parte de los casos, indica, se trata de relaciones frecuentes o esporádicas, especialmente con mujeres jóvenes, y en una menor proporción, con hombres.
Las jóvenes piadosas, integrantes de familias devotas, veían como se colocaba a los sacerdotes en un pedestal, casi como si se tratará de una condición divina, explica De Weber, quién considera que el compromiso con el celibato es prácticamente un mito.
De otra parte, la profesora Kim Haines- Eitzen, profesora de Cristianismo, en la Universidad de Cornell, sostiene que la iglesia viene luchando con ese problema desde su comienzo, citando comentarios el mismo apóstol San Pablo.
Solo hasta el Siglo XII, explica, el celibato de volvió obligatorio. La orden de los Jesuitas, surgió entre otras cosas, con el compromiso de abolir las prácticas corruptas de los sacerdotes. Lutero, igualmente, se refirió en su reforma protestante, a la inmoralidad sexual, explica Haines-Eitzen.
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