Encerrada en su casa en Afganistán, como muchas niñas de su pais, aprendió matemáticas por su cuenta; atravesó sigilosamente la frontera y, hoy se codea con genios de la física cuántica.
Ella prefiere llamarse simplemente Sultana. Gano una beca en la Universidad Estatal de Arizona, se sentó a hablar sobre la “corrupción de los qubits” con un Premio Nobel y se propone ser profesora de computación cuántica. Ahora hace parte de un grupo de investigación en una de las universidades más destacadas de los Estados Unidos: Caltech.
Cómo lo logró? Lo cuenta ella misma, en lo que no deja de ser una maravillosa historia.
Ver mas: https://quantumfrontiers.com/2019/10/13/sultana-the-girl-who-refused-to-stop-learning/
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