Recubriendo vegetales y frutas, con una mezcla de agua y sal y una proteína obtenida de la seda, su vida útil se prolonga en un 200 por ciento.
La película que se crea, casi imperceptible, también es comestible, por lo cual se da la oportunidad de evitar el uso de empaques plásticos. Es al mismo tiempo, una alternativa para almacenar más productos perecederos, que de lo contrario irían a la basura.
El nuevo material sirve para revestir tanto productos enteros, como cortados; también se prueba para la conservación de carnes.
La innovación, es producto del trabajo de los ingenieros Benedetto Marelli, profesor del MIT, en Boston, y Adam Behrens, egresado de la Institución, con un post-doctorado. El uso de la seda, es la base de la nueva empresa de biomateriales que han constituido bajo el nombre de Cambridge Crops.
Fuente: MIT
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