Una escultura, ubicada en uno de los salones de la Universidad de Indiana, se ha convertido en un verdadero laboratorio de pruebas en la nueva era de la “inteligencia artificial”.
Dotada con más de medio millón de piezas, y movida con una batería que utiliza vinagre, la escultura interactua con las personas y “aprende” sus gustos con el paso del tiempo. Bautizada como “Amatria“, es una creación donde han participado más de un centenar de especialistas, entre los que se cuentan 90 arquitectos, bajo la dirección del artista Philip Beesley, de la Universidad de Waterloo, en Canadá.
Lideran una corriente conocida como “Arquitectura Viviente”.
Ver mas : http://www.pnas.org/content/115/30/7638
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