Por primera vez, científicos de la Universidad de Wisconsin, han logrado integrar las distintas variables que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero, por parte de la ganadería bovina.
En ese sentido midieron desde el aliento de la vaca, hasta el estiércol del establo y los potreros, lo mismo que los tipos de alimentación que más contribuyen a la generación de metano y óxido nitroso.
Las pruebas se realizaron en vacas de las razas Holstein y Jerseys, que pueden procesar hasta 200 libras de alimento en su enorme estómago. La industria lechera se ha comprometido a reducir las emisiones contaminantes en un 25 por ciento de aquí al 2020, ya que el metano atrapa 30 veces más radiación solar que el dióxido de carbono, explicó al respecto el profesor Michel Wattiaux.
Fuente : Universidad de Wisconsin/ Madison
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