Mediante la edición genética, los investigadores de la Universidad de Yale, han logrado bloquear el crecimiento de las espinas, en algunas plantas de cítricos, logrando que- a cambio- nazcan más ramas.
Algunos árboles llegan a tener espinas hasta de 30 centímetros de largo, convirtiéndose en un peligro para los agricultores, en el momento de la cosecha.
El trabajo fue adelantado, sobre la base de la manipulación de celulas madre, bajo la dirección de la profesora de Biología Celular, Vivian Irish.
Fuente: Universidad de Yale
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