El profesor de Inmuno-materiales, Dave Mooney y la estudiante de Biofísica, Christina Tringides, han inventado un hidrogel que genera impulsos eléctricos y que se adapta al movimiento de los órganos humanos.
El dispositivo es hecho de un hidrogel de “alginato”, totalmente flexible, y no utiliza metales ni plásticos, que requieren de un monitoreo permanente de los pacientes que los usan.
El mismo, probado en corazones de ratones y vacas, logra estimular los órganos con voltajes más bajos, facilitando la adaptación de los adhesivos quirúrgicos, según se explicó. Los electrones a base de dicho hidrogel toman la forma de cualquier tejido, ya sea en el cerebro o en la médula espinal.
Fuente: Universidad de Harvad
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