En la época contemporánea, a los Estados Unidos se le ha calificado por ser “el policía del mundo” y también el “juez supremo”, que según las circunstancias califica o descalifica, a naciones y gobernantes; señala que dictadores son buenos, cuales son malos; que países son amigos, aliados o enemigos; cuales comunidades son respetables por su color o su procedencia, cuales son malignas; cuales son ejemplo de respeto de las normas democráticas, y en fin, cuales deben figurar, en tal o cual lista.
Ese podría ser el escenario internaciónal. En el ámbito local, entre tanto, aplica justicia, con muchas tonalidades; con la advertencia de que quienes la aplican, – en los tres poderes que rigen la sociedad-, siempre argumentan que interpretan lo que escribieron o quisieron decir los padres fundadores, hace más de 200 años.
Así las cosas, cuando conviene, la norma constitucional protege a quien fomenta la protesta armada y violenta, no importa las consecuencias. En otro ángulo, al Presidente no se le puede juzgar cuando esta ejerciendo el cargo porque se puede perjudicar el normal desempeño del gobierno (como cuando al reciente Ex-mandatario, se le acusó formalmente de chantajear a un país extranjero, para obtener dividendos políticos).
Y, para rematar, tampoco se le puede sancionar después de haber dejado el cargo, por tratarse ahora de ser un ciudadano común. El Congreso, después de algunos forcejeos, -en demostración del debate democrático-, finalmente, se lava las manos. Algunos pocos que tuvieron la intención de hacer justicia, fueron aplastados por otros, cuyo interés esta puesto en las siguientes elecciones, que los perpetuarán en sus sillas legislativas, de Cámara y Senado. Saben, que pueden aparentar que le dieron la espalda al expresidente de las artimañas, pero que contarán con la fidelidad de los 70 millones de compatriotas, que pregonan las libertades que plasmaron los padres fundadores.
Entre tanto, el máximo tribunal de justicia, la Corte Suprema, no tiene velas en ese entierro!; su silencio parace el de un cementerio. Mejor dicho, aquí – en la nación ejemplo de democracia -no ha pasado nada!.
Finalmente se podría preguntar: Se colocará asimismo, Estados Unidos, en las listas que publica sobre grupos terroristas? . Acusará formalmente a China e Irán por contribuir al robo de elecciones en un país extranjero? . Se retirará de las Naciones Unidas por no haber advertido a tiempo sobre las amenazas al Capitolio de Washington?.
El Derecho romano se hizo a imagen y semejanza de los Emperadores de su tiempo; por lo que se ve, el derecho que se practica en tierra estadounidense, tiene más menús que un restaurante de McDonal’s, en función del gusto de cada cliente?. O sino, pregunte por ese otro particular componente autóctono de la justicia norteamericana: el poder que se otorga al Presidente para perdonar a personas condenadas; mediante el cual salen de la cárcel, amigos, o recomendados de los amigos y donantes.
Pero existe una perla aún mejor: si tiene algún problema con la justicia, lo mejor es que busque quedar en manos de un juez, demócrata o republicano, dependiendo donde milite, o donde done. Es justicia bipartidista!
Son apenas unas historias.. como para Ripley!
El Editor
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