Egresado de la Universidad de Chicago y con un máster en Negocios de la Universidad de Stanford, Bill Browder, creó un exitoso fondo de inversiones en Rusia, siendo a la vez un accionista minoritario de varias compañías petroleras de ese país, entre ellas la gigante Gazproom.
Como experto financiero, denunció una serie de irregularidades en dichas empresas, hace alrededor de dos décadas. Pero posteriormente cayó en la mira del gobierno de Putin, según publicó en su libro “Red Notice” , y quedó en riesgo de ir a la quiebra. No obstante logró maniobrar y sacar buena parte de su capital, asegurándolo en Londres, de acuerdo con su reciente relato de los hechos en una charla con uno de los medios de su antiguo claustro, donde su padre- Felix Browder- se desempeñó como profesor jefe del departamento de Matemáticas.
Pero fue un episodio, relacionado con temas fiscales, el que desencadenó una historia digna de una película: por allá por el 2003, Browder declaró ingresos en su fondo Hermitage Capital Management, del orden de los US$1.000 millones de dólares, que le implicaron el pago de US$230 millones en impuestos. Simultáneamente, (2006), las autoridades lo colocaron en una lista negra – por amenazar la seguridad nacional- y lo presionaron para que saliera del país; por la misma época, un grupo de personas que habían suplantado el nombre del Fondo de Browder, pidieron una revisión de la declaración de renta, obteniendo la devolución de los impuestos pagados.
Ante la situación, Browder contrató a un brillante y joven abogado de 35 años- Sergei Magnitsky- para que entablará denuncias sobre lo ocurrido, ante las distintas agencias del gobierno ruso.
Dos años después (2009), Magnitsky fue torturado y muerto en una celda, de una cárcel de Moscú. Entre tanto, Browder, ya se había instalado en su oficina en Londres. Los responsables del fraude fueron exonerados.
Dejó las finanzas y se dedicó a buscar justicia por lo sucedido con su abogado, promoviendo iniciativas para luchar contra la corrupción de los grandes conglomerados.
Ilustró sobre el caso a los senadores Benjamín Cardin (Demócrata de Maryland) y John McCain ( Republicano de Arizona -fallecido), quienes cristalizaron la Ley- (2.012)-, que hoy permite el bloqueo de capitales, no solo por corrupción, sino por violación de los derechos humanos, nivel mundial.
Mas recientemente, -revela- han llegado emisarios rusos, buscando la derogación de dicha Ley.
Tocarle el bolsillo – dice Browder- es lo que más le duele a un oligarca; con el bloqueo de sus activos se convierte en un “leproso financiero”; de ahí, que luchar por la justicia, es infinitamente más satisfactorio, que luchar por el dinero, concluye.
Fuente: Universidad de Chicago
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