Cada vez hay más jóvenes, están solicitando pastillas para poder dormir; y no se dan cuenta que el remedio está en sus manos: apagar el teléfono y cerrar el videojuego.
El tema constituye el aspecto central de una reciente investigación dirigida por la profesora de la Escuela de Enfermería de la Universidad Estatal de Washington, Anne Mason.
Los medicamentos contra el sueño suelen tener efectos secundarios graves como adicción, somnolencia diurna, depresión, y perdida de memoria, entre otras, explicó.
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