Algunos estudios indican que muchos de los niños de hoy no saben lo que es subirse a un árbol o meterse a un charco, y que sus recorridos al aire libre equivalen en la actualidad al 10 por ciento, de lo que pasaba por allá en 1970.
Se debe, a que los papás de hoy -posiblemente muy responsables- actúan como “helicópteros” que sobrevuelan a todas horas vigilantes de lo que hacen sus pequeños hijos, para dirigir o proteger; o hacen las veces de “corta césped”, yendo adelante de los niños, despejando obstáculos que les puedan entorpecer su camino.
Así lo plantea, sobre el modelo de crianza de hoy, la profesora de salud publica infantil, Amy Brown, de la Universidad de Swansea, en el Reino Unido. Se ha demostrado, dice, en estudiantes de nivel universitario, que fueron criados de dichas maneras, que son personas con mayor riesgo de depresión y ansiedad.
Permitirle a los niños la libertad de tomar riesgos apropiados a través del juego al aire libre, es esencia para su desarrollo. Eso los capacita para probar límites y resolver problemas, anota.
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