Las propiedades de las espinas, y sus utilidades como herramienta de defensa, alimentación o adhesión a superficies, por ejemplo, son tema de estudio en el Departamento de Física de la Universidad Técnica de Dinamarca.
Entre 200 especies, incluidas desde cactus y erizos, hasta algas, insectos y peces, el propósito es observar aspectos como la elasticidad y la resistencia.
Cómo hacen dichos filamentos u objetos puntiagudos, como los colmillos, para prestar su servicio sin romperse; es algo que esta al borde de lo físicamente posible, dice al respecto el profesor Kaare Hartvig Jensen, uno de los investigadores.
Es una especialidad conocida como biomimética, la opción que permite inspirarse en la naturaleza para diseñar futuras tecnologías, por ejemplo en el campo de la medicina, o para fabricar un simple clavo.
En su estudio, observaron desde espinas de menos de 50 nanómetros, hasta colmillos de 2 y medio metros, como los del pez narval, al igual que antiguos artefactos puntiagudos, creados por el hombre.
Fuente: Universidad Técnica de Dinamarca
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