Con alrededor de 11 mil aviones volando diariamente alrededor del mundo, la industria del transporte aéreo se ha convertido en una de las más contaminantes del planeta, al lado de generación eléctrica con carbón, la producción de cemento y la ganadería.
No obstante, pocas aerolíneas se han lanzado al uso de combustibles más limpios, como los obtenidos de las materias primas vegetales. De ahí que llama la atención la decisión de la compañía neoyorquina JetBlue, de mezclar biocombustible con la gasolina convencional, en un plan a 10 años.
Al frente de esa misión se encuentra la directora de sostenibilidad de la compañía, Sophia Mendelsohn, quien se apoyo en la Universidad de Columbia, donde realiza una maestría, para conectar esfuerzos y superar vacios del mercado.
En efecto, al configurarse el círculo vicioso de la inexistencia de una oferta comercial de combustibles limpios para la aviación, por la falta de demanda de parte de las aerolíneas, tampoco aparece la inversión para fabricar el producto.
Frente a las circunstancias, JetBlue, se ha asociado con la compañía SG Preston, especializada en biocombustibles a fin de garantizar la inversión en una refinería y el suministro del producto en el mediano plazo. El plan concebido, contempla la producción de 330 millones de galones en 10 años, que representa un 4 por ciento del total de gasolina de avión que demanda la compañía aérea.
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http://blogs.ei.columbia.edu/2016/10/19/how-a-student-project-helped-to-change-jetblues-course/
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