La humilde papa, que no figura frecuentemente en los titulares, a pesar de ser un alimento básico para millones de personas, se ha convertido en el centro de atención de la academia, en lo que respecta a los Estados Unidos.
Son varios los ejemplos que demuestran ese interés por el tubérculo, en áreas que van desde la cátedra, pasando por la investigación y la gastronomía.
Cátedra sobre la salud del suelo
La Universidad Estatal de Washington, ha lanzado una cátedra orientada exclusivamente al estudio de la Salud del Suelo, donde se cultiva la papa.
Señala que ese componente es clave para que ese Estado siga manteniendo uno de los rendimientos más altos a nivel mundial. Con el concurso de productos y procesadores, destinarán US$3 millones a esta tarea, según ha anunciado el decano de investigación de Ciencias Agrícolas, Scot Hulbert.
Para su proyecto estan asociados con especialistas de las universidades Estatal de Oregon y Idaho, y el Departamento de Agricultura. Buscan asimismo un científico que oriente el trabajo.
El cultivo de la papa representa ingresos del orden de los US$7.400 millones anuales, para la economía de dicho Estado y una fuente de empleo para 35 mil personas.
Listo el genoma de la papa dulce
Estructurar el genoma de la papa e identificar sus características, es una de las tareas más complejas hasta el momento, pues a cambio de disponer 2 o 4 copias de cada gen, el tubérculo tienen 6 (hexaploides); los genes humanos solo tienen 2.
Así lo explica el profesor Zhao-Bang Zeng, del departamento de Bioinformática de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, quien -en compañía de colegas del Centro Internacional de la Papa, en Kenia, ha logrado secuenciar el genoma de la variedad de papa dulce, conocida tambien como camote. En compañía de los investigadores posdoctorales, Marcelo Mollinari y Guilherme Pereira, han identificado aspectos claves para el mejoramiento agronómico de dicha variedad.
Para su proyecto han contado con recursos de la Fundacion Bill y Melinda Gates.
Variedades de textura cremosa y sabor a mantequilla
Se trata del trabajo adelantado por investigadores de la Universidad de Yale, que han lanzado dos nuevas variedades que se distinguen por su aporte gastronómico, “Jennifer” y “Maggie”.
La primera de piel blanca y textura cremosa; la segunda, con piel amarilla y sabor a mantequilla. Las mismas, gracias al apoyo de la Escuela de Hotelería de la misma universidad, han empezado a ser parte del menú que se sirve a los estudiantes, destacando su alto nivel nutritivo por encima del arroz blanco y la pasta.
Se trata de las primeras variedades con esas características, cultivadas en el estado de Connecticut, segun Jame Benson. director de Excelencia Culinaria de la Universidad.
Fuentes: Universidad Estatal de Washington / Universidad Estatal de Carolina del Norte / Universidad de Yale
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