México, Canadá y China, abastecen la mitad de las importaciones de alimentos y materias primas agrícolas, que consume anualmente los Estados Unidos.
En el último año, las compras de estos rubros en el exterior, alcanzaron la cifra de US$195.000 millones, de los cuales US$90.000 millones, procedieron de los tres países mencionados, de acuerdo con las cifras oficiales. Hasta septiembre pasado, las importaciones habían crecido en un 8 por ciento.
Frente a tales volúmenes de productos – desde hortalizas, granos, carnes y pescados, que se requieren diariamente en hogares y sitios públicos, los observadores temen que una nueva guerra comercial dispare aún más los precios al consumidor estadounidense.
La reciente experiencia ocasionada por la pandemia del Covid-19, que provocó el desajuste de las cadenas de suministro a nivel mundial, es la evidencia más clara de los efectos que las distorsiones del comercio implican para el bolsillo de la población con menores ingresos.
En promedio, los precios de los alimentos en los Estados Unidos, se incrementaron en un 30 por ciento, en los últimos dos años, y se quedaron arriba en su mayor parte. La mejor referencia, es el precio de una docena de huevos, – un producto que no es de importación y abunda en el mercado interno- que por años nunca superó los US$2.oo; en la actualidad no se encuentra por menos de US$4.oo.
A lo anterior, – la dependencia externa de muchos productos- se añade el manejo oligopólico de una amplia gama de productos de la canasta familiar, – a nivel interno- lo que agrava aún más, el panorama económico, para quienes dependen de un salario mínimo.
Fuente: Departamento de Agricultura -EE.UU/ Otras fuentes
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