La muerte de un dictador rara vez conduce a un cambio

Erica Frantz, Assit. Prof. of Political Science, poses near South Kedzie Hall
Erica Frantz, Assit. Prof. of Political Science, poses near South Kedzie Hall

Cuando un dictador, que ha permanecido largamente en el poder, muere de forma natural, su ausencia rara vez conduce a un cambio. Esta es una de las conclusiones de una reciente investigación dirigida por la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Michigan, Erica Frantz.
La autora investigó un total de 79 casos, de dictadores que han ejercido el poder en los últimos 60 años en el mundo. En la mayor parte de los casos un año después de la muerte el gobierno se mantiene intacto; los seguidores del dictador mantienen tal grado de fidelidad que prefieren mantenerse en el estatus quo, a fin de conservar sus privilegios.
Cuando el regimen se vio envuelto en situaciones políticas, como un golpe de estado o una guerra civil, la estabilidad bajo a un 43 por ciento.
Once de 55 dictadores, son mayores de 70 años. Robert Mugabe, de Zimbabwe, tiene 92; Raul Castro, en Cuba, 85.
En su trabajo, que contó con el apoyo de su colega Andrea Kendall-Taylor, del Consejo Nacional de Inteligencia, se señala igualmente, que cuando el dictador muere de manera natural, generalmente se designa su sucesor por consenso entre la cúpula del poder.

http://msutoday.msu.edu/news/2016/when-dictators-die-stability-reigns/

 

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