En la era digital en la que vivimos, lo que se ofrece como nuevo es producto del compartir, adaptar y mejorar, y prácticamente nada parte de cero.
Ya no se puede seguir hablando de “inventores únicos” como en la antiguedad, por lo cual la protección a la propiedad intelectual (derechos de autor, patentes, marcas) no es más que un sistema legal para enriquecer a unos pocos, en perjuicio del progreso y el bien común.
Así lo plantea en su nuevo libro (Against Progress) la profesora de Derecho de la Universidad de Boston, Jessica Silbey, quién se desempeñó como abogada litigante de propiedad intelectual, y posee títulos de las universidades de Stanford y Michigan.
El sistema legal que proteger dichos derechos, esta plagado de abusos, señala. Existen empresas depredadoras, que adquieren patentes de baja calidad, no para acelerar su comercialización, sino para extorsionar a empresas innovadoras de vanguardia. Los litigios, por este tipo de casos, le cuestan a los demandados, la extraordinaria suma de US$29.000 millones, al año.
En un libro anterior, Silbey revela casos en que, por ejemplo, las empresas editoriales se apropian a perpetuidad, de los derechos de autor, de escritores y fotógrafos.
La Propiedad Intelectual, indica, se utiliza para enriquecer a las personas y empresas, a expensas de los valores humanos como la igualdad, privacidad y justicia.
Fuente: Universidad de Boston
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