Aunque ponerse bravo, puede ser una característica asociada con la competencia, fuerza e inteligencia; un exceso de rabia, le resta puntos y puede llevarlo a que lo consideren poco competitivo y con reducido potencial de liderazgo.
Es la conclusión de un grupo de investigadores, que llevó a cabo siete estudios acerca del temperamento de las personas en un ambiente laboral. Mostrar demasiado enojo, tiende a dañar las percepciones de competencia y calidez, rasgos que tienden a impulsar las decisiones de contratación y promoción. Tal actitud, señalan, es contraproducente, especialmente para las personas que suben escaleras corporativas o sociales.
El trabajo fue adelantado por las profesoras de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, Celia Gaertig y Emma Levine; Alixandra Barash, de la Universidad de Nueva York, y Maurice Schweitzer, de la Universidad de Pensilvania.
Fuente: Universidad de Chicago
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