En un terreno de 400 hectáreas, en el Estado de Arkansas, se trabajará la agricultura con las técnicas más avanzadas del momento, desde las imágenes aéreas hasta la microbiología.
En ello están empeñados científicos del Laboratorio de Berkeley, la Universidad de Arkansas y la compañía Glennoe Farms. Concentrados en los cultivos de soya,maíz y arroz, desplegarán las más avanzadas tecnologías en materia de biología molecular, bioquímica, detección ambiental y aprendizaje automático.
Un aspecto central tiene que ver con el papel de los microbios en la salud del suelo, ha dicho uno de los científicos vinculados al proyecto, el profesor Ben Brown. Para el efecto las poblaciones de microbios de cada cultivo serán secuenciados geneticamente.
Uno de los objetivos, además de aumentar la productividad, es la reducir la aplicación de fertilizantes químicos. Como complemento, miles de datos ambientales y climáticos recogidos por drones, adicionales al proceso de crecimiento de las plantas, serán procesados en tiempo récord por supercomputadores.
Se trata nada más y nada menos, que manejar simultáneamente 18 variables de espacio y tiempo, siguiendo día a día los cultivos, a lo largo del semestre, entre la siembra y la cosecha.
La ambiciosa tarea cuenta asimismo con el concurso del experto Haruko Wainwright, en el campo de monitoreo ambiental, y el gerente de Glennoe, Jay McEntire, entre otros investigadores.
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