La interminable discusión sobre cuales son los alimentos más saludables, aporta cada día nuevas enseñanzas. Ahora el turno le ha tocado al pan, uno de los alimento más consumidos por los diferentes pueblos del mundo.
El que últimamente se lleva la peor fama, entre los expertos nutricionistas, es el fabricado con harinas blancas bien molidas. Pues ni el pan integral es el mejor, ni el blanco es para rechazar; todo depende del estómago de quienes los consuman.
A esa conclusión han llegado científicos del Instituto Weizmann, de Israel, quienes dieron a probar de ambos tipos de pan a grupos diferentes de personas, con la sorpresa de que cada una de ellas los asimiló de manera diferente, de acuerdo con el microbioma de cada cual. Al final no importó la cantidad de carbohidratos ni el grado de fermentación de los panes.
Los investigadores, además de los aspectos nutricionales, observaron mediante un modelo matemático, las distintas reacciones de los individuos, por ejemplo,en lo relacionado a la incidencia de la harina en los niveles de azúcar en la sangre. El equipo de trabajo, estuvo orientado por los doctores,Eran Segal, Eran Elivan, y Avraham Levy, profesores de las áreas de matematicas, inmunología y ciencias ambientales, respectivamente.
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