Investigadores de las universidades de Oklahoma y Pensilvania State, en Estados Unidos, han probado una fuerte presencia de tóxicos en los cultivos de papa, que crecen vecinos a las explotaciones mineras de Potosí, en Bolivia.
Dicha región posee varios de los yacimientos más ricos en plata, a nivel mundial, de cuya explotación se desprenden residuos de arsénico y cadmio, que posteriormente contaminan las fuentes de agua con que se riegan los cultivos de papa.
Los residuos detectados de dichos minerales son varias veces superiores a los límites de riesgo establecidos para el consumo humano. El grupo de trabajo lo integran profesores de ingeniería y expertos en salud, entre ellos Robert Nairn, Bill Strosnider, Robin Taylor Wilson y Alan Garrido.
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