Aunque su hoja de vida, pueda parecer muy buena, la manera en que se expresa, delata en segundos, su posición social, un factor que puede volverse automáticamente en contra de su aspiración laboral.
Basándose en los patrones del habla, los entrevistadores pueden identificar con precisión la posición económica del entrevistado, generando un sesgo que generalmente favorece a quienes pertenecen a clases sociales más altas.
Los candidatos esperarían ser evaluados por su experiencia, conocimientos y conducta, pero unos segundos después de que empiezan a hablar, surge el sesgo de su posición social, explica el profesor de Comportamiento Organizacional de la Escuela de Administración de la Universidad de Yale, Michael Kraus.
Aunque quienes contratan, lo pueden negar, es una realidad, que limita la movilidad económica y perpetúa la desigualdad, sostiene el investigador.
Aun sin estar presente, con solo escuchar unas pocas palabras de una grabación que contiene el discurso del candidato, los reclutadores son capaces de identificar su condición social, según probó Kraus con varios modelos de investigación, que contó con el apoyo de los estudiantes de postgrado Brittany Torrez y Jun Won Park.
Si queremos movernos hacia una sociedad más equitativa, entonces debemos lidiar con estos procesos sicologicos arraigados, que impulsan nuestras primeras impresiones de los demás, señaló.
Tu Opinión es importante