Cuando un sensor falla, envía señales equivocadas, que enloquecen no solo al piloto automático sino a la tripulación real.
En varios de los casos, frente a alarmas que al final resultaron ser falsas- los pilotos intentaron maniobras -no necesarias- que llevaron el vuelo, al fracaso.
De ahí que, el profesor Carlos Varela, de Ciencias de la Computación del Instituto Politécnico Rensselaer, de Nueva York, considere que naves con tanta instrumentación automatizada, como los aviones de pasajeros comerciales, disponen de muy poco sensores.
El, que también es piloto, y su equipo, trabaja en el desarrollo de un programa informático que permita cruzar datos en tiempo real, y aclararle al piloto si verdaderamente la alarma que se ha disparado, es real o falsa.
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