La permanencia en el mercado de una de las más antiguas fábricas de lápices en el mundo, Faber-Castell, se constituye en uno de los más recientes casos de estudio en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard.
Las claves sobre como resistir los choques tecnológicos y la visión de como subsistir para el largo plazo, son algunos de los aspectos más interesantes de esta empresa alemana, explica el profesor de administración Ryan Raffaelli.
Ubicada en la localidad de Stein, cerca a Nuremberg, ha pasado por las manos de 8 generaciones de una misma familia. Los lapices amarillos, muy familiares en el momento de los exámenes, han sabido resistir la era de las calculadoras de bolsillo y de otros modelos de plumas que lo han tratado de sustituir.
Pero la empresa sigue viva, innova a su manera, aportaron los lápices para el maquillaje facial y ahora ha adquirido bosques en Brasil para asegurarse el suministro de madera, quién sabe por cuanto tiempo más.
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