Un grupo multidisciplinario, que incluye médicos e ingenieros, en la Universidad de Stanford, está probando un inodoro especial, a través del cual se valoran de manera continua, los desechos de heces y orina, de cada uno de los usuarios.
De manera similar al reconocimiento facial, el inodoro cuenta con un dispositivo que registra la “huella anal”, con el cual se identifica el usuario, sin que haya duda alguna para el médico que analice los datos.
Mediante imágenes y sensores de distinto tipo, el sistema puede registrar en su modelo preliminar, hasta 10 biomarcadores, que son remitidos automáticamente al médico particular. Los mismos pueden alertar sobre distintos riesgos, desde infecciones en la vejiga, hasta alguna insuficiencia renal, al igual que la posibilidad de algún cáncer, por ejemplo, del colon.
Se trata del concepto de monitoreo continuo de la salud. Los primeros 21 usuarios de esta tecnología, la han calificado de satisfactoria, según sus creadores, entre ellos el profesor de Radiología, Sanjiv Gambhir, – quién desde hace 15 años – lanzó la primera idea al respecto.
Fuente: Universidad de Stanford
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