Haciendo una remembranza sobre lo ocurrido en su tierra natal Irlanda- donde solo el 1 por ciento de la cubierta vegetal corresponde a bosques nativos-, la ecóloga de la Universidad de California, en Santa Barbara, Ruby Harris-Gavin, sostiene que promover las plantaciones de monocultivos – como es el caso de las coníferas- no necesariamente equivale a la reposición de bosques.
Algunos pueden considerar dicha actividad como un esfuerzo “verde”, pero en realidad se trata de “falsos bosques”, pues los bosques reales significan biodiversidad y hábitat de la vida silvestre. Denominar hileras de árboles, plantados cada tres metros, como bosque, suena algo “hueco” y es un problema, así la gente tienda a creerlo de esa manera, indicó Harris-Gavin.
En la actualidad el abeto Sitka, originario de Alaska, cubre más de la mitad de la cubierta arbórea de Irlanda, explicó. La historia – desde hace un siglo- muestra que lo que el país necesitaba era un negocio y convirtieron los árboles en una mercancía, añadió.
Fuente: Universidad de California, Santa Bárbara
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