Los ingenieros del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, de Estados Unidos, han diseñado una máquina que mide los niveles de químicos que emite un cigarrillo, cuando dura encendido y cuando se tira la colilla.
El fumador consume alrededor de un 86 de la nicotina, y en el filtro que va al suelo, queda la cantidad restante.
En ese sentido, el equipo de investigación que dirige el científico, Dustin Poppendieck, trata de calcular cuánta contaminación generan esas colillas, de las cuales se calcula que 5.000 millones, quedan en el suelo, anualmente, a nivel mundial.
También detectan la cantidad de triacetin -triacetato de glicerina- un plastificante que se usa en los filtros.
Fuente: NIST
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