Un equipo de estudiantes y profesores de la Universidad de Northeastern, ha creado un modelo para la construcción urbana, que dispone de información específica sobre el entorno de un nuevo edificio, que tiene en cuenta a sus propios moradores, como a sus vecinos.
El modelo ha recibido el Premio Latrobe, del Instituto Americano de Arquitectos, que consiste en US$100.000. El mismo fue probado en conjunto con las autoridades del municipio de Chelsea, en Massachusetts.
El modelo despliega un serie de sensores a través de los cuales se capta información localizada como la temperatura del aire, la humedad, la contaminación, los niveles de agua subterránea y los flujos de agua y aire, antes y después de la construcción. Tal acción proporciona a los arquitectos datos para minimizar el impacto de un nuevo edificio e incluye talleres de trabajo con las comunidades vecinas.
Se trata de una “pizarra digital” en la cual las distintas partes trabajan conjuntamente. La gente no vive en una región, vive en una determinada calle y se mueve en un pequeño conjunto de lugares a los que va todos los días, dice al respecto la profesora Amy Mueller, quién hace parte del equipo, en asocio con las profesoras Moira Zellner y Michelle Laboy, entre otros.
Fuente: Universidad de Northeastern
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