Después de revisar millones de textos, escritos a lo largo de los últimos mil años, un grupo de lingüistas y biólogos de la Universidad de Pensilvania, han podido entender muchas de las transformaciones que ha tenido el idioma inglés, a lo largo del tiempo.
En un interesante trabajo, de observar si la genética, las presiones sociales, o el azar, indujeron formas de verbos regulares e irregulares, y como aparecieron nuevas palabras en el vocabulario anglosajón, reunieron un banco de datos de 400 millones de palabras.
De la misma manera que la informática permite descomponer el genoma humano, los investigadores identificaron cambios en el uso de las frases negativas, y la aparición de nuevas palabras, como “drive”, cuando se movieron los primeros automóviles.
Entre los autores del trabajo se cuentan Joshua Plotkin y Mitchell G. Newberry, del área de biología, y Robin Clark y Christopher A. Ahern, del Departamento de Linguistica.
Tu Opinión es importante