En desarrollo de un mega-experimento, que implicó la colocación de 7.000 semilleros, desde Alaska hasta el Ecuador, los científicos lograron medir el grado en que interactuan plantas y animales.
Queríamos probar lo que dice la teoría de que las interacciones entre las especies, como la depredación y la competencia, se intensifican en los ecosistemas cálidos, dijo la profesora Anna Hargreaves, quién dirigió, hasta hace poco, el Centro de Investigación de Biodiversidad de la Universidad de British Columbia, y esta vinculada en la actualidad con la Universidad de McGill, en Canadá.
Con su estudio se pudo demostrar, por ejemplo, que el consumo de semillas, o la depredación, aumentó un 2.6 por ciento por cada 10 grados de aproximación a la linea ecuatorial; un 17 por ciento en total entre Alaska y el Ecuador.
En su tarea, se integraron colaboradores de 13 instituciones, entre ellos el estudiante de doctorado de British Columbia, Santiago David, y expertos del Herbario de la Universidad de Antioquia, en Colombia.
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