Filadelfia, una de las ciudades que ha establecido un impuesto sobre el consumo de bebidas azucaradas, logró bajar sus ventas en un 38 por ciento, en apenas un año.
Esa cifra equivale, a más de 80 millones de latas. Son las cifras de una investigación adelantada por la profesora de Etica Médica de la Universidad de Pensilvania, Christina A. Roberto.
En el mismo sentido, un grupo de economistas ha estimado que el impuesto a productos que le hacen daño a la salud, como es el caso de los cigarrillos y las bebidas azucaradas, es una herramienta efectiva de politica, buena para la población y la economía.
De establecerse un impuesto generalizado sobre las gaseosas en todos los Estados Unidos, generaria ingresos del orden de los US$7.000 millones anuales. El analisis fue adelantado por los profesores Hunt Allcott, de la Universidad de Nueva York;Benjamin Lockwood, de la Universidad de Pensilvania y Dimitri Taubinsky, de la Universidad de California en Berkeley.
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