Buena parte del nitrógeno que se aplica como fertilizante en la agricultura, se pierde y además va a parar a las fuentes de agua, contribuyendo a su contaminación.
El concepto es del Director del Centro Canadiense sobre el Hambre Mundial, Herbert Krenzucker, quien estudio la ineficiencia de aplicar indiscriminadamente fertilizantes nitrogenados, derivados del petróleo, sin tener en cuenta su resultado final en plantas y suelos.
Un caso concreto es el arroz, donde se pierde entre el 50 y el 70 por ciento del nitrógeno aplicado. Para el científico la falla se remonta a los genetistas que hace años ayudaron a crear numerosas variedades de plantas, altamente dependientes del nitrógeno, cuando el petróleo y los fertilizantes eran baratos.
Con su trabajo en el laboratorio, y la colaboración de la Academia de Ciencias de China, descubrió una serie de químicos que naturalmente emiten las raíces de las plantas al momento de mezclarse con los microbios del suelo, y que vuelven ineficaz la aplicación del nitrógeno.
En ese sentido, eligieron 21 variedades de mayor uso a nivel mundial, de las 100 mil que reposan en el banco de genética IRRI de Filipinas, a fin de probar cuales pueden tener un mejor rendimiento con menor consumo de nitrógeno, que además emite gases de efecto invernadero.
Fuente: Universidad de Toronto / Scarboruo
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