La mosca de la fruta, que al lado de los ratones y el pez cebra, constituye una de las más utilizadas fuentes de investigación, en los laboratorios del mundo, tiene su mayor hogar en la Universidad de Indiana.
Fue precisamente con los genes de la mosca Drosophila melanogaster que tres científicos, ganadores del Premio de Medicina, en el 2017, avanzaron en el estudio de los mecanismos que mueven del reloj o ritmo circadiano del ser humano.
Con una de las mayores colecciones de dicha especie, la Universidad con su sede en Bloomington, suministra anualmente cantidades de cepas de sus genes para el estudio de los investigadores del mundo.
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