El Instituto Fraunhofer de Alemania, estima que para el 2020, el negocio de las baterías flexibles que pueden ser incorporadas en el cuerpo humano y en las mismas prendas de vestir, puede superar los US$70.000 millones.
Sus investigadores trabajan activamente en este campo y prueban nuevos artefactos, que poseen mayor potencia energética y por supuesto, pueden tener una vida útil más larga. Una de las novedades tiene que ver con el diseño de una micro-batería incrustada en material de yeso, que puede ser utilizada para medir el sudor de un paciente.
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