La biología humana, no necesariamente marcha a tono con los cambios de la madre naturaleza, como es el caso de la sucesión de las 4 estaciones del año.
Así lo han observado investigadores de biología y genética del cuerpo humano, en la Universidad de Stanford. Para el efecto siguieron el flujo molecular de 100 personas en California, entre los 25 y 75 años de edad, durante 4 años.
Encontraron en efecto, que se registraban cambios en los patrones moleculares a finales de la primavera y comienzo del verano, y el final del otoño y el comienzo del invierno. Analizaron de cerca el flujo y reflujo de mil moléculas, mediante la toma de muestras de sangre 4 veces al año, obteniendo información sobre inmunidad, inflamación, salud cardiovascular, metabolismo, microbioma y otros tantos aspectos.
Descubrieron por ejemplo los más altos marcadores inflamatorios en la primera etapa del año, y un aumento en los marcadores de hipertensión a principios del invierno.
Los hallazgos pueden dar pistas, por ejemplo, sobre alergias o para experimentar con nuevos medicamentos, explican. Entre el grupo de investigadores se cuentan el profesor de genética, Michael Snyder; el director de metabolómica, Kevin Centrepois; el profesor de pediatría Theodore Chu y la instructora Sophia Miryam Rose.
Fuente: Escuela de Medicina, Universidad de Stanford
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