La cuarta ola, liderada por universidades de élite, que han impulsado el conocimiento avanzado y la innovación, en el caso de los Estados Unidos, tiene el mérito de haber colocado a esta nación, en primerísimo lugar a nivel mundialo; pero también tiene el gran defecto de haber excluido a muchos jóvenes, del progreso social.
Eso queda demostrado, cuando las principales universidades privadas, se dan el lujo, cada año, de admitir solo un 5 por ciento de los aspirantes, entre más de 3 millones de alumnos que egresan de la escuela secundaria. De igual forma, las universidades públicas se estan volviendo cada vez más selectivas.
Para empeorar el panorama, la educación técnica o vocacional tampoco es suficiente para preparar a los graduados para los desafios y complejidades de las proximas décadas.
Se requiere entonces, de instrumentar una nueva etapa – una quinta ola- donde se de oportunidad a muchos más jóvenes de obtener una educación universitaria de excelencia, sin importar su condición económica. De lo contrario, la brecha social se seguirá profundizando.
Así lo plantea, en su nuevo libro, – The Fifth Wave– el Presidente de la Universidad Estatal de Arizona, Michael Crow, quién integra una alianza con otra decena de universidades con el mismo propósito. Un sistema que premia solo a unos pocos no lograr estimular un progreso social significativo, anota.
Al excluir grandes proporciones de la población, la nación excluye la expriencia, las ideas, la inteligencia y las ambiciones de esos millones, afirma Crow. El éxito de una democracia nacional depende de una ciudadanía educada; la equidad y la excelencia son complementarias porque el talento se distribuye en todo el espectro socioeconómico, señala.
Fuente: Universidad Estatal de Arizona -ASU-
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