Una explicación sobre la supremacía blanca en EE.UU

La consigna del hombre blanco: No me pises (Cortesía U. de Yale)

Después de la llegada de los puritanos ingleses hace tres siglos, ha hecho carrera en Estados Unidos, la idea de que este país fue fundado como una nación cristiana, por cristianos blancos, cuyos valores ahora se sienten amenazados por la creciente presencia de no blancos, no cristianos e inmigrantes.

Eso explica la presencia de objetos como la cruz y carteles que mencionaban que “Jesús Salva”, y manifestantes que invocaban el nombre de Cristo, en la pasada insurrección del Capitolio de Estados Unidos, el pasado 6 de enero del 2021.

Así lo explica el profesor de sociología de la Universidad de Yale, Philip Gorski, en su nuevo libro escrito en compañía del profesor de la Universidad de Oklahoma, Samuel L. Perry, luego de repasar sucesos ocurridos a lo largo de tres siglos.

Los primeros puritanos que llegaron a Nueva Inglaterra, en la costa noreste estadounidense, se vieron asimismo como un pueblo elegido y este país como su nueva Tierra Prometida.

También tienen la creencia de que Jesús va a venir de nuevo a la tierra, para un enfrentamiento final entre el bien y el mal, y que ellos estarán al lado del bien, explica Gorski.

Por varias razones, hoy existe una idea muy individualista de la libertad, dentro del nacionalismo cristiano blanco. No es libertad en el sentido de ser un ciudadano democrático trabajando con otros para perseguir el bien común. Es una mentalidad fuertemente libertaria, de “no me pises”, que va de la mano con un cierto de orden que coloca a los hombres blancos en la cima de la sociedad, con todos los demás debajo de ellos (un argumento que sirvió para justificar la esclavitud, entre otras historias). Cualquier cosa que amenace ese orden se ve como una justificación para la violencia, anota el profesor.

Esa actitud, la llamamos una Santísima Trinidad de Libertad, orden y violencia, dice Gorski. El nacionalismo cristiano blanco es una amenaza peligrosa porque esta increíblemente bien organizado y es poderoso, señala el coautor del nuevo libro “The Flag and the Cross: White Christian Nationalism and the Threat to American Democracy”.

Fuente: Universidad de Yale

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