Algunos productos químicos que se aplican generalmente a los muebles, colchones y una gran variedad de elementos domésticos, para evitar incendios, inciden en la salud de los niños.
Dichos químicos conocidos como retardantes o ignífugos, contienen elementos como éteres bromados de difenilo (BDE) y fosfatos orgánicos (OPFRs), están vinculados con problemas cognitivos en los niños.
Así lo han descubierto investigadores de la Escuela de Salud Publica, de la Universidad Estatal de Oregon y la Universidad de Harvard. Para el efecto, colocaron una pulsera de silicona que puede llegar a absorber hasta 1.200 químicos presentes en el ambiente, a niños escolares de entre tres y cinco años.
Al final de la prueba de 7 días, los científicos comprobaron que aquellos niños que estaban más expuestos a ciertos niveles de retardantes, presentaron conductas caracterizadas por comportamientos agresivos, hiperactividad y falta de atención.
Los expertos advirtieron que todo lo que afecta a la salud infantil, tiene gran trascendencia para el éxito escolar y el futuro de una persona. El grupo estaba integrado por médicos epidemiólogos,expertos en asuntos ambientales y ciencias agrícolas. Entre ellos se cuentan los profesores Molly Kile, Megan McClelland, Megan MacDonald y Kim Anderson , de OSU, y Andres Cardenas de la Escuela de Salud Publica de Harvard.
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