Un par de bacterias que se encuentran a todo lo largo de la cadena láctea, que sobreviven más de la cuenta, puede que lleven a que la fecha de vencimiento del producto, no sea en realidad lo que dice la etiqueta.
Controlándolas y reduciendo el grado de temperatura durante la etapa de refrigeración, es muy probable que la leche pueda durar hasta 20 días en buen estado, evitando el desperdicio del alimento.
Así lo ha probado un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell, quienes señalan que la fecha que hoy se coloca en los envases, corresponde más a conjeturas producto de la experiencia, que resultado de la ciencia. El grupo lo integran el profesor de Seguridad Alimentaria, Martin Wiedmann, Ariel Buehler,autor principal, y la profesora Kathryn Boor, del área de Ciencias de la Alimentación.
Fuente: Universidad de Cornell
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